Alcaraz sufre, reacciona y arrasa en el tercer set para avanzar en Rotterdam

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Por Marcos Álvarez Lozano

Vaya partido el que se vivió en Rotterdam. Alcaraz pasó por todos los estados posibles antes de llevarse la victoria por 7-6, 3-6, 6-1 en un duelo que tuvo de todo: altibajos, tensión, remontadas y, al final, una muestra de por qué el murciano es un fuera de serie.

No fue un paseo, ni mucho menos. Más de dos horas y media en pista, con un rival que le exigió lo mejor de sí en varios tramos.

Un arranque con dudas

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Desde el primer punto quedó claro que no iba a ser un partido fácil para Alcaraz. Llegaba con molestias, resfriado y hasta con una tirita nasal, lo que ya daba pistas de que su estado físico no era el ideal. Y eso se notó.

Van de Zandschulp empezó sólido, metiendo bolas profundas y sin regalar nada. Alcaraz, en cambio, tenía problemas con su derecha y su saque, lo que le costó un break temprano.

Pero si algo tiene el español es su capacidad para reaccionar cuando las cosas se complican. A pesar de estar a dos puntos de perder el set, sacó su mejor versión en el tie-break, jugando agresivo y sin titubeos. Y así, con más garra que brillo, se llevó el primer parcial por 7-6.

El neerlandés aprieta

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El segundo set fue otra historia. Alcaraz seguía sin encontrar regularidad y Van de Zandschulp lo aprovechó de lleno. El neerlandés, con su juego sólido desde el fondo, castigó cada error del español y logró dos breaks que le dieron el set por 6-3.

Alcaraz, visiblemente frustrado, no encontraba el ritmo. Su saque no le ayudaba y su derecha seguía fallando en los momentos importantes. Parecía que el partido se le iba de las manos, pero si algo se sabe de él es que nunca baja los brazos.

Resurge el campeón

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Y entonces llegó el tercer set, y con él, otro Alcaraz. Como si hubiera encendido un interruptor, salió con una intensidad completamente diferente. Un break temprano le dio confianza y, a partir de ahí, fue un vendaval.

Van de Zandschulp, que hasta ese momento se había mantenido firme, empezó a dudar. Y cuando le das un mínimo resquicio a un jugador como Alcaraz, te pasa por encima.

Con una combinación de golpes ganadores, saques con efecto y una actitud más agresiva, el español cerró el set con un contundente 6-1. Un desenlace que parecía impensado viendo lo difícil que había sido el partido hasta ese momento.

Lo que viene

Victoria trabajada, sufrida, pero al final, victoria. Alcaraz sigue en carrera en Rotterdam y ahora espera al ganador del duelo entre Félix Auger-Aliassime y Tallon Griekspoor. No será fácil, pero si algo ha demostrado es que incluso en sus días más complicados, encuentra la manera de ganar.

Todavía hay cosas por ajustar, sobre todo en este tipo de superficies, pero si sigue afinando detalles, va a ser un rival muy difícil de frenar en lo que queda de torneo. Porque cuando se activa, cuando juega suelto, es prácticamente imparable.

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