Carlos Alcaraz se lo puso complicado a Pedro Martínez en los cuartos de final del ATP de Rotterdam. Vamos, que el partido fue un claro ejemplo de cómo Alcaraz está en otra liga.
Pedro empezó bien, con algún punto destacado, pero en cuanto Carlos se calentó, no hubo color. El resultado lo dice todo: 6-2 y 6-1 en poco más de una hora. Alcaraz avanzó a semifinales como una apisonadora.
El primer set fue como un aviso de lo que iba a venir. Pedro sacó primero, y aunque aguantó un poco al principio, Alcaraz no tardó en romperle el saque.
Embed from Getty ImagesCarlos estaba imparable, sobre todo con el servicio. Cada vez que sacaba, parecía que la pelota iba a romper la raqueta de Pedro. Y cuando no era el saque, era el resto. Vamos, que Martínez no sabía por dónde le venían los golpes. Alcaraz cerró el set con un ace, como para rematar la faena. 6-2 y a descansar.
El segundo set fue todavía más rápido. Alcaraz siguió machacando con el servicio, acumulando aces como si nada. Pedro intentó reaccionar, pero cada vez que parecía que iba a hacer algo,
Alcaraz le cortaba las alas. Hubo un punto en el quinto juego que fue espectacular, con los dos jugadores corriendo de punta a punta de la pista, pero al final fue Carlos quien lo ganó. Ese punto fue como un resumen del partido: Pedro luchando, pero Alcaraz terminando por encima.
Y bueno, el final fue rápido. Con 5-1 en el marcador, Alcaraz no dejó escapar la oportunidad. Un resto potente desde el centro de la pista, y Pedro no pudo hacer nada. Partido terminado. Alcaraz a semifinales, y Martínez a casa, pero con la cabeza bien alta, porque no es fácil jugar contra alguien que está en ese nivel.
Embed from Getty ImagesAhora, Alcaraz espera al ganador del partido entre Rublev y Hurkacz. Si sigue jugando así, va a ser difícil pararlo. Lo que está claro es que Carlos está en un momento muy bueno, y cada partido que juega es una muestra más de por qué es uno de los mejores del mundo.
Pedro, por su parte, hizo lo que pudo, pero hoy no había nada que rascar. Alcaraz estaba en modo bestia, y cuando está así, pocos pueden con él.