Paula Badosa señala lo que Carlos Alcaraz hace en el ATP Tour que es «increíble».

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Por Marcos Álvarez Lozano

Carlos Alcaraz, o como muchos ya lo llaman, Carlitos, es simplemente un crack. A sus 21 años, este chaval de España no solo ha revolucionado el tenis, sino que también se ha ganado a la gente.

Da igual si está levantando un trofeo enorme o si se lleva un palo en un partido importante, el tío siempre está ahí, con esa sonrisa que parece pegada a la cara. Y no es para menos, con cuatro Grand Slams en el bolsillo (Roland Garros, US Open y dos Wimbledon), en solo cinco años de carrera, el chico está en otra liga.

Pero no todo es color de rosa. Hace poco, en los cuartos del Abierto de Australia, se topó con Djokovic, y ya sabes cómo acaban esas historias. Fue un partidazo, cuatro sets que te dejaban sin uñas, pero al final, la Norman Brookes Challenge Cup se le escapó. Aún así, lo que más flipa de Alcaraz no son solo sus golpes imposibles, sino cómo se mantiene entero, sonriendo, incluso cuando las cosas se ponen feas.

Paula Badosa, otra española que está dando guerra en la WTA, lo dijo clarito en el Tennis Insider Club Podcast: “Carlitos es increíble, ¿cómo puede estar 5-5 y seguir sonriendo? Es que no tiene sentido”.

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Badosa, que también sabe lo que es lidiar con presión, admira cómo Alcaraz y Jannik Sinner, otro joven prodigio, manejan los momentos críticos. “Son un ejemplo”, dice. Y no es para menos, porque ambos están ahí arriba, en el top 3, y cada vez que se enfrentan, es puro espectáculo. De hecho, este año Alcaraz le lleva ventaja a Sinner, 6-4 en sus enfrentamientos.

Hablando de Badosa, ella también tiene su propia historia. Desde que debutó en 2015, ha ganado las cuatro finales que ha jugado, incluyendo ese Indian Wells épico contra Victoria Azarenka.

Ese título la puso en el mapa, y desde entonces no ha dejado de demostrar que tiene agallas para los momentos clave. Ahora, después de llegar a semifinales en el Australian Open 2025, está lista para seguir sumando en torneos como el Abu Dhabi Open y el Qatar Open.

En resumen, mientras Alcaraz sigue siendo el rey de las sonrisas y los golpes imposibles, Badosa está ahí, lista para dejar su huella. Juntos, son el futuro del tenis español, una nueva generación que no solo juega bien, sino que lo hace con alegría. Y eso, al final, es lo que más mola. ¡El futuro pinta brillante para estos dos cracks!

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